sábado, febrero 11

Contragolpe




Se busca culpable.
"Omar Arellano:  Apasionado del futbol, Chiva de corazón, pero crítico ante todo. Me gusta expresar lo que pienso y compartir puntos de vista, generar debates y por qué no hasta polémicas"

Cuando en 2002 Jorge Vergara Madrigal adquirió el 87 por ciento de los derechos del Club Deportivo Guadalajara, seguramente pensó que como el resto de sus empresas éste sería un negocio frío y redituable y que no necesitaría del escrutinio de nadie más que él para funcionar. Sin embargo se olvidó de un detalle importante, el equipo que acababa de comprar era el de más tradición y cariño para los mexicanos. Por ello, ahora que Chivas padece los peores números de su historia no debe extrañarnos que su gente se aleje, que los pocos aficionados dispuestos a padecer horas de transito y los caprichos del clima con tal de ir al estadio, abucheen al equipo al término de cada encuentro.

Culpables del pésimo arranque de Chivas en este torneo puede haber muchos, y quizá por ello sea más difícil delegar responsabilidades a quienes han hundido al equipo al fondo de la tabla. Por un lado está la directiva encabezada por Jorge Verga y Angélica Fuentes, patriarcas del club que dan la sensación, tras cada decisión que toman, de ver al equipo como una maquina de hacer dinero más que como un símbolo del futbol mexicano.
Vergara ve por su abultada cartera antes que por el club al hacer un movimiento dentro de la institución, por eso jugadores talentosos y con posibilidades firmes de convertirse en ídolos del equipo han emigrado a otros clubes. Carlos Vela, Javier Hernández, Omar Bravo, Carlos Salcido, Javier “Maza” Rodríguez, Ulises Dávila e incluso Oswaldo Sánchez se han hecho presentes en equipos que decidieron invertir en su calidad futbolística. Sabemos que estos movimientos han significado grandes logros para el desarrollo personal de cada jugador, pero esto no cambia el hecho de que mientras sus equipos gozan del talento nato de la cantera rojiblanca, Chivas padece el desfalco de calidad al que su dueño lo ha sometido.


Vergara se llena la boca al hablar del modelo que ha impuesto a la administración de Chivas. Asegura que gracias a él su equipo ha generado jugadores talentosos dignos de competir en las mejores ligas del mundo. Y nadie lo niega. Sin embargo, no dice que gracias a ese mismo modelo Chivas ha dejado de ser el equipo de los ídolos que en algún momento fue, y mucho menos reconoce que gracias a ese semillero exportador que se volvió el club, ha generado millones en ganancias que muy pocas veces le retribuye.

Grandes talentos han sido desperdiciados en Chivas por decisión de sus dueños, jugadores y valiosos miembros del cuerpo técnico que son obligados a salir del club por cuestiones extracancha en la mayoría de los casos. Técnicos como Chepo de la Torre, Benjamin Galindo, Omar Arellano y José Luis Real fueron despreciados por Jorge Vergara, argumentando que no eran lo mejor para la institución. Sin embargo, como en otras ocasiones se equivocó. Chepo llevó a Toluca a obtener su décimo campeonato en muy corto tiempo y se ganó el puesto como manda más de la selección nacional. Omar Arellano logró una buena temporada con Necaxa y los devolvió al máximo circuito. Benjamín Galindo recompuso el caminó para Santos en esta temporada y lo ha devuelto a los primeros lugares de la tabla general. ¿Y de José Luis Real qué más se puede decir que no sepamos ya? Fue el técnico que logró un equipo sólido y estable. Impuso una nueva marca en el futbol mexicano al ganar ocho partidos consecutivos con una plantilla de jóvenes, la mayoría preparados y debutados por él. Sin embargo, las incongruencias volvieron a los dirigentes tapatíos y en un nuevo arranque de autoritarismo echaron abajo un proyecto que pintaba para grandes cosas.

Aún así Vergara intenta justificar sus acciones, y en un mensaje que suena más a hipocresía que halago comparó al “Güero” Real con sir Alex Ferguson al momento de destituirlo como directivo, diciendo que José Luis es igual o mejor técnico que el inglés. Quizás eso podamos ponerlo en duda, pero de lo que todos estamos seguros es que si el talento del “Profe” Real es tan grande como el de Ferguson tal vez nunca podremos saberlo, pues la continuidad y el apoyo, cosas fundamentales en el desarrollo futbolístico de cualquier equipo, se vino abajo.

Aún así la responsabilidad de los resultados no cae sólo en Vergara, pues muchos de los jugadores que forman parte del cuadro titular también tienen su parte de culpa. Hombres como Héctor Reinoso, Jonny Magallón, Luis Ernesto Michel, Alberto Medina, Omar Arellano y Marco Fabián no logran dar esa explosión futbolística que encamine al equipo. Son los hombres de experiencia y sobre ellos recae la responsabilidad de defender el escudo que tanto significado tiene para sus seguidores. Hoy Chivas es un equipo en pañales, pues la responsabilidad del ataque es sostenida por un par de jóvenes que no alcanzan los veinte años de edad, Érick Torres y Carlos Fierro. La media cancha carece de experiencia y continuidad a pesar de tener a hombres como Patricio Araujo, Xavier Báez y Edgar Mejía, quienes tampoco han logrado un futbol constante y digno del equipo.

No podemos culpar a los jóvenes de Chivas por el pésimo momento que atraviesan, pues se han visto envueltos en un mar de presiones que naturalmente ha bloqueado su capacidad para hacer buen futbol. Quizás muchos no comprendan que para un muchacho de 17 años el verse inmerso en un mundo de presiones transforma esa pasión por jugar en una pesadilla que los ata a las críticas del público, de los medios, e incluso de sus propios directivos.

Hoy Chivas no es ni siquiera aquel “vocho” que Jorge Vergara mencionó, porque incluso un vocho funciona y se mueve. Chivas por el contrario es inoperante. Sus jugadores se han visto rebasados por la inexperiencia, la poca contundencia y la falta de continuidad. Hacen falta más que ganas y palabrerías para que este equipo salga del humillante último lugar que hoy ocupan.

Jorge Vergara debe reconocer los grabes errores que ha cometido dentro de la institución y dejar de delegar culpas a quienes ya ni siquiera están en el club. Debe dejar de ver a Chivas como un medio más para hacer dinero y comprender que este equipo es el fin, la meta de todos sus seguidores. Seguramente algún día el equipo volverá a los primeros puestos del torneo, pero para ello se debe trabajar desde ahora, más que por el equipo mismo por su afición.  

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