martes, febrero 21

Contragolpe


A la mexicana.
"Omar Arellano:  Apasionado del futbol, Chiva de corazón, pero crítico ante todo. Me gusta expresar lo que pienso y compartir puntos de vista, generar debates y por qué no hasta polémicas"

El primer tercio del torneo se extingue, y como ya es costumbre en el futbol mexicano, la liga queda a deber un buen espectáculo para sus seguidores. Ya no es sorpresa que los clubes mexicanos caigan en irregularidades que los lleven de un lado a otro en la tabla general, y que el nivel de juego que nos muestran semana a semana sea pobre. Sin embargo, si algo dio de qué hablar en estos días fue el anunció que hiciera a principios de la semana pasada la Federación Mexicana de Futbol (FMF), donde según las palabras de sus representantes se planean cambios para el torneo.

Las expectativas sobre lo que viene con esos cambios pudieran ser grandes, sobre todo después de escucharse fuertes rumores que aseguran que se intentará crear una  liga con un modelo parecido al de la “Premiere League” de Inglaterra, a las “Series” italianas o bien a las ligas españolas. Sin embargo, si algo ha sido una realidad dentro de la FMF durante los años que la han dirigido Decio de María y Justino Compean, es que todo movimiento a realizarse va encaminado más por el lado del dinero que por el del espectáculo. Por ello es que tener la confianza de que se regresen los torneos largos y se aumente la planilla de equipos en primera división puede parecer ingenuidad.
Decio de María aseguró no poder dar detalles sobre lo que se planea, y prometió un plazo no mayor a sesenta días para dar a conocer el nuevo modelo de liga. Sin embargo, los mal pensados ya comenzaron a levantar la voz, y hay quienes aseguran que ese nuevo modelo no es otra cosa más que la búsqueda de un permiso para comercializar el nombre de la liga. Así es, no conformes con que los anunciantes invadan uniformes, canchas y pantallas de televisión, ahora los dirigentes de la Federación, junto con los dueños de los equipos, están buscando dar un patrocinador que ponga nombre al torneo local.    

De ser cierto esto, se comprobaría una vez más que tanto dirigentes como dueños están cómodos con el paupérrimo nivel de juego que se tiene en el futbol mexicano. Sabemos que a muchos niveles el futbol es un negocio, pero sacrificar espectáculo por dinero es una formula que tarde o temprano afectará los bolsillos de quienes toman las decisiones.

Nuestro torneo padece infinidad de males que necesitan atención urgente, equipos irregulares, mal arbitraje, estadios obsoletos y peligrosos, barras agresivas que ponen en peligro la integridad de los aficionados dentro y fuera de los estadios, y sin embargo, parece que a la Federación le importa más seguir llenándose la cartera que solucionar los males que achacan a nuestro futbol.

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